El Elemento: Descubrir tu pasión lo cambia todo - Reseña crítica - Ken Robinson
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El Elemento: Descubrir tu pasión lo cambia todo - reseña crítica

El Elemento: Descubrir tu pasión lo cambia todo Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Desarrollo personal

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: 

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9781400110605

Editorial: Debolsillo

Reseña crítica

¿Sientes que es demasiado tarde? ¿Sientes que tu oportunidad ya pasó? ¡Sácate esa idea de la cabeza! En “El Elemento” encontrarás la motivación para hallar lo que te apasiona, para seguir tus sueños y para lograr tener una vida plena y satisfactoria. Todos tenemos capacidades naturales. ¡Anímate a descubrirlas! Nunca es demasiado tarde para darle un giro a tu vida y encontrar tu Elemento.

El elemento

Si bien todos nacemos con talentos naturales, perdemos la percepción de nosotros mismos, no sabemos qué nos apasiona ni qué nos satisface, no disfrutamos de lo que hacemos.

En el concepto “Elemento” propuesto por el autor converge lo que nos gusta hacer y lo que se nos da bien y éste sostiene que es indispensable que todos encontremos nuestro “Elemento”.

Gilligan Lynne era una niña que en la escuela consideraban conflictiva, a tal punto que intentaron hacerla asistir a una escuela especial debido a sus “problemas de aprendizaje”. Su madre la llevó al psicólogo quien le dijo que Gilligan no tenía ningún problema. 

Estaba perfectamente sana, solo era bailarina. Terminó triunfando a nivel mundial como bailarina y productora teatral.

Matt Groening, por el contrario, era un buen alumno. Pero se aburría demasiado en la escuela. 

Le encantaba dibujar y, a diferencia de la mayoría de la gente, decidió seguir su instinto e intentar vivir de eso en vez de conseguir un trabajo mediocre o estudiar alguna carrera que no le gustara. ¿El resultado? Sus dibujos se conocen a nivel mundial.

La relación entre estas dos historias es simple: alcanzaron el éxito y la satisfacción personal al descubrir aquello que de forma natural se les da bien, los entusiasma y les gusta. Ellos dos encontraron su “Elemento”.

Los componentes del Elemento son universales, pero se manifiestan de diversas formas en cada individuo. Es imprescindible encontrarlo para tener bienestar, éxito, solidez en nuestras instituciones y efectividad en los sistemas educativos.

La mayoría de la gente tiene una percepción muy limitada de sus propias capacidades.

Uno de los mayores limitadores de percepciones personales son los sistemas educativos. Se obsesionan por ciertas habilidades, jerarquizan las materias y dependen de exámenes estandarizados. 

Los sistemas educativos fueron diseñados para responder a intereses económicos antiquísimos e inculcan una visión reduccionista de la inteligencia y la capacidad personal, valoran determinados talentos y habilidades y rechazan otros.

Esto margina a quienes no están preparados para aprender en ese marco, infravalora la capacidad humana, refrena las habilidades y talentos naturales de los niños y elimina la motivación de aprender.

El envejecimiento del sistema educativo se reproduce en el resto de las instituciones públicas y empresas.

Es nuestra obligación animarnos y animar a nuestros hijos a explorar todos los caminos necesarios para que lleguen a descubrir sus capacidades.  

“El Elemento es el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales”.

Pensar de distinto modo

El esplendor del éxito puede llegar de diversas formas. No ser bueno en matemáticas no tiene por qué condenarte a una vida insignificante. Las instituciones educativas solo juzgan una variedad limitada de tipos de inteligencia. Muchas veces, una nota de un examen no puede reflejar las grandes aptitudes de una persona.

Acabamos pensando que las formas racionalistas de pensamiento son superiores a los sentimientos y la emoción y que las ideas que cuentan son las que se comunican con palabras o mediante expresiones matemáticas.

Creemos que la inteligencia puede ser cuantificable y confiamos en tests de coeficiente intelectual o pruebas estandarizadas.

Los resultados de los tests de coeficiente intelectual, que de hecho solo sirven para medir un tipo bastante limitado de inteligencia, han sido utilizados hasta para condenar a personas a muerte.

En las escuelas, con los exámenes estandarizados, sucede más o menos lo mismo. Pueden determinar la vida de una persona e influir en su destino. Pero nunca consideran las habilidades especiales de los niños, ni sus necesidades. De nuevo, solo miden un tipo limitado de inteligencia.

“¿Qué tan inteligente eres?” no es una pregunta adecuada. En lugar de ello, deberíamos preguntar “¿de qué modo eres inteligente?”.

“Hay diferentes maneras de expresar la inteligencia y no hay escala para medirla”.

Como sostiene Gardner, tenemos múltiples inteligencias y no hay una más importante que otra. La educación debería tratarlas a todas por igual para que todos los niños tengan la misma oportunidad de desarrollar sus habilidades individuales.

Nuestra experiencia cotidiana evidencia que la inteligencia humana es diversa y polifacética y que todos tenemos fuerzas y aptitudes naturales diferentes. La inteligencia de cada uno es tan singular como una huella dactilar.

Si aceptamos que la inteligencia es heterogénea, dinámica y peculiar, podemos abordar la pregunta “¿de qué modo eres inteligente?” desde una manera muy distinta. 

Imaginación y creatividad

Del mismo modo que sucede con la inteligencia, la gente suele infravalorar su creatividad. Mucha gente considera que la inteligencia y la creatividad son cosas distintas, pero están íntimamente relacionadas.

No se puede ser creativo sin ser inteligente y la forma más elevada de la inteligencia es pensar de modo creativo.

Si deseas buscar tu Elemento, es esencial que entiendas la naturaleza de la creatividad y la relación que guarda con la inteligencia.

Todos nacemos con capacidades tremendamente creativas, solo es cuestión de desarrollarlas, y todos nos podemos volver más creativos si lo intentamos.  

También infravaloramos la imaginación. Nos jactamos de tener los pies sobre la tierra cuando la imaginación es una de las cosas que más nos distingue de cualquier otra especie.

La relación entre la imaginación y la realidad es profunda y tiene un papel esencial en la búsqueda del Elemento.

La imaginación es la base de todo lo humano: creamos, viajamos al pasado, vemos cosas que no tenemos adelante, conjeturamos, especulamos, suponemos.

La creatividad es la imaginación aplicada y se puede ser creativo en cualquier cosa que requiera el uso de la inteligencia, desde las matemáticas hasta la danza.

La zona

Estar en la zona es estar en lo más profundo del Elemento.

Hacer lo que amamos puede implicar todo tipo de actividades imprescindibles para el Elemento pero que no son su esencia, como estudiar, planificar, entrenar. E incluso pueden darse frustraciones, decepciones y momentos en los que sencillamente no funciona o no cuaja.

Sin embargo, cuando si funciona, nos volvemos decididos y entregados, vivimos el momento, damos el máximo de nosotros, nos adentramos en el corazón mismo del Elemento.

Hacer lo que amamos no garantiza que estaremos en la zona todo el tiempo. A veces tenemos mal humor o podemos estar atravesando un mal momento y simplemente las ideas no fluyen.

A lo largo de la vida, atravesamos momentos en los que nos “perdemos” dentro de una experiencia que nos encanta y dejamos de prestar atención al resto del mundo y a nuestro alrededor. Durante esos momentos estás en la zona.

Quienes han adoptado el Elemento, con regularidad están en ese lugar. Da una sensación de libertad y autenticidad. El tiempo pasa rápido porque lo disfrutamos profundamente. Las ideas aparecen más rápidamente y todo resulta más sencillo.

Nos sentimos a gusto en nuestro propio cuerpo, es transformador y poderoso, tanto que nuestro trabajo puede inspirar a los demás y podemos contribuir a un nivel mucho mayor.

Tribu

Para muchos, conectar con gente que comparte la misma pasión y deseo de sacar el máximo partido de sí mismos es parte fundamental de encontrarse con su Elemento.

Lo que conecta a una tribu es un compromiso común con aquello para lo que sienten que han nacido y esto puede resultar liberador. Hallar la tribu correcta puede ser imprescindible para encontrar nuestro Elemento. Si sientes que estás en la tribu incorrecta, busca en otra parte.

Hay personas que se encuentran más en su Elemento cuando trabajan solas.

Pero encontrar una tribu siempre proporciona inspiración y eleva las expectativas de tus propios logros. La influencia de otros puede ser un gran estímulo.

Pero no te confundas: formar parte de una tribu no es lo mismo que estar dentro de una multitud. Ésta genera el efecto contrario a una tribu. No ayuda a las personas a ser ellas mismas ni las guía hacia su identidad personal.

Obstáculos

El miedo es, quizás, el obstáculo más común para encontrar el Elemento.

El miedo a la desaprobación y a que descubran que queremos algo, a menudo se da en las relaciones con las personas más cercanas a nosotros.

Aún más fuerte que la influencia de nuestra familia, es la de nuestros amigos. La presión para adaptarnos a las pautas y expectativas de nuestros amigos y de otros grupos sociales puede ser intensa.

Los mayores obstáculos para encontrar el Elemento aparecen en la escuela. Esto se debe en parte a la jerarquía de las asignaturas, lo que significa que muchos estudiantes nunca llegan a descubrir cuáles son sus verdaderos intereses y talentos.

Los grupos pueden ser enormemente solidarios, pero también pueden promover uniformidad de pensamiento y comportamiento.

La cultura, definida como los valores y las formas de comportamiento que caracterizan a grupos sociales diferentes, puede representar otro obstáculo. Las culturas promueven modelos de copia y adaptación.

Afectan nuestros valores y puntos de vista, moldean nuestro cuerpo y puede que incluso reestructuren nuestra mente. La cultura nos condiciona de forma imperceptible.

A veces, encontrar el Elemento requiere romper con nuestra cultura originaria para alcanzar nuestras metas. En otras palabras, ir contra la corriente.

Actitud y mentores

El Elemento también es una cuestión de actitud.

Cosas buenas y cosas malas ocurren siempre. Lo que marca la diferencia es nuestra actitud en cuanto a lo que pasa. No somos puros beneficiarios o víctimas del azar. Provocamos nuestra suerte con la actitud.

Quizá la actitud más importante para sembrar la buena suerte es tener un fuerte sentido de la perseverancia.

Nosotros configuramos las circunstancias y las realidades de nuestra vida, y también podemos transformarlas.

Además, a veces encontrar nuestro Elemento requiere de la ayuda y orientación de alguien que ve algo en nosotros que nosotros mismos no podemos ver.

Ellos son los mentores, quienes nos reconocen, nos estimulan, nos ayudan a dirigirnos a nuestro Elemento y nos exigen, empujándonos más allá de nuestros propios límites.

“Los mentores prestan una ayuda inestimable a la hora de contribuir a que las personas alcancen el Elemento”.

¿Es demasiado tarde? ¡Adelante con el objetivo!

Las personas suelen creer que, cuando alcanzan la adultez, sus oportunidades ya pasaron. Piensan que es “demasiado tarde”, que es poco realista dar un giro a su vida. Pero las oportunidades de descubrir nuestro Elemento se dan con mucha más frecuencia de lo que creemos. Siempre podemos virar el rumbo.

La vida es dinámica y cíclica y gracias a esto tenemos muchas oportunidades para crecer, desarrollarnos y revitalizar nuestras capacidades latentes. Nunca es “demasiado tarde”, el Elemento siempre está a nuestro alcance.

Estar en tu Elemento no quiere decir necesariamente dejar todo lo demás y dedicarte a ello a tiempo completo todos los días. 

Hacer lo que te encanta y que se te da bien, aunque sea durante un par de horas a la semana, puede aportar nueva riqueza y equilibrio a tu vida.

Encontrar nuestro Elemento es fundamental para nosotros como individuos y para el bienestar de nuestra comunidad.

Debemos reformar la educación, suprimir los exámenes estandarizados y la jerarquía de las asignaturas, cuestionar la idea de “asignatura” y personalizar los planes de estudio.

Necesitamos un cambio educativo que se adapte a los tiempos que vivimos y así poder ayudar a los niños a encontrar su Elemento, algo imprescindible para que descubran qué pueden hacer y quiénes son en realidad.

Notas finales

Este maravilloso libro te ayudará a sacarte los prejuicios y a darle un giro a tu vida. Si sientes que no tienes pasiones, que no eres lo suficientemente inteligente y creativo o que nada en esta vida te satisface, este libro te hará cambiar de opinión.

Todos nacemos con capacidades naturales, lo único que falta es desarrollarlas. Están latentes en cada uno de nosotros y todos tenemos el potencial de encontrar nuestro Elemento, aquello para lo que somos buenos y nos apasiona.

No pierdas la oportunidad de sentirte liberado, de sentir que algo vale la pena. Tus habilidades esperan dormidas dentro tuyo, ¡despiértalas ya mismo!

Consejo de 12min

Una de las formas de conectar más con tu Elemento es encontrando a tu tribu. ¿Quieres conocer más sobre éstas? Entonces, “Tribus: Necesitamos que tú nos lideres”, de Seth Godin, te gustará.

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¿Quién escribió el libro?

Fue un exitoso escritor, conferenciante, asesor internacional y un experto mundial en el desarrollo del potencial humano y en asuntos relacionados con la creatividad, la enseñanza y la innovación.... (Lea mas)

Editor y escritor estadounidense con extensa trayectoria, principalmente en los géneros de ciencia ficción y no ficción. En el año 2011... (Lea mas)

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